Conocida como “La Ciudad de la Eterna
Primavera”, Cuernavaca es el destino preferido de muchos citadinos debido a su
cercanía con el Distrito Federal, la tranquilidad que se respira en cada uno de
sus rincones y, por supuesto, la agradable temperatura cálida que presenta la
mayor parte del año (21° C). A tan sólo 85 kilómetros de la Ciudad de México,
la capital morelense ha sido adoptada como lugar de esparcimiento y descanso
por casi todos quienes la han conocido. Su paisaje dotado de colores y aromas
corresponde a los florecimientos de bugambilias, jacarandas, tulipanes
africanos, azucenas, jazmines, tabachines y margaritas.
Pueblo místico que conserva un fuerte
sentido de identidad. Enclavado en la parte norte del estado y a 17 km de la
ciudad de Cuernavaca, Tepoztlán es el destino turístico favorito en Morelos.
Ubicado en una zona natural protegida y en lo alto del cerro sagrado del
Tepozteco, se encuentra en la zona arqueológica construida en el siglo XII, que
se dedicó al dios de la fertilidad. El majestuoso ex convento de Nuestra Señora
de la Natividad, construido en el siglo XII y parte de la Ruta de los Conventos
de Morelos, es un importante complejo arquitectónico que la UNESCO declaró como
Patrimonio de la Humanidad. En su interior, apreciamos más de 1,600m2 de
pintura mural, que nos muestra el arte y la estética de los primeros días del
cristianismo en América. Hoy, el sincretismo cultural y religiosos se advierte
en casa rincón de Tepoztlán. Su rica cocina tradicional y sus celebraciones son clara
muestra de ello. De lo espiritual a lo holístico, de lo relajante a lo
saludable. Tepoztlán es un reconocido destino donde se concentran los mejores
spas y terapeutas para equilibrar el cuerpo y el espíritu.
Su encanto reside en sus costumbres, sus
tradiciones heredadas de la cultura Olmeca y la ocupación de los Xochimilcas,
quienes se establecieron y dominaron esta localidad en la época prehispánica.
Su nombre viene del náhuatl y significa “sobre la punta de la tierra”, “lugar
de los límites o linderos” o “la nariz de la tierra” y es de los pocos pueblos
que conserva gran parte de su traza urbana prehispánica original. Entre sus
atractivos turísticos están el Ex Convento Agustino de San Juan Bautista del
Siglo XVI, declarado patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO; el
Centro Cultural “La Cerería”; sus 18 capillas; sus artesanías de barro; en el
ámbito musical La Banda de Tlayacapan considerada una de las más antiguas del
país, además de ser la Cuna del Chinelo, pues está considerado que aquí nace,
en el Siglo XIX, el famoso brinco del chinelo.